Tengo ganas de abrir una conversación y decirte "mi amor" de nuevo, charlar como si nada nunca hubiera pasado, olvidar el pasado, el presente, el futuro. Volver a hablar de gusanos espacio temporales y reírnos juntos, en esa banca o en tu sofá. Reírnos, sobre todo eso. Hablar de sueños, burlarnos de todo, pero nunca de nosotros o mejor siempre de nosotros, de tus caras cuando te besaba, de mi cara cuando no me dejabas hacerlo, burlarnos, de como otros eran unos incompetentes en el amor. Mientras nosotros creíamos ser los creadores, los que llevaban la "linea correcta".
La verdad es que te extraño, ahora más que nunca y más que siempre. Ahora que no estás conmigo y lo sé. Ahora que sé que has dado un paso adelante luego de dar uno al costado.
Aunque en teoría eso solo te acerque a mí, la verdad es que no le creo al destino.
La firmeza con la que decides me sigue seduciendo, por más que cuando estábamos juntos no querías decidir nada, lo sigue haciendo.
Tengo que aceptar que no he dejado de leerte, a veces más que otras, a veces más que nunca. Nunca más que veces pero siempre más que nunca.
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