Yo conocí cada recoveco de tu cuerpo, cada terminación nerviosa, tú sabías hacerme reír. Como nadie más ha podido. Como nadie más puede. Nadie que haya conocido aún.
Pero el tiempo pasa, las plantas mueren y el vino se añeja. Lo que todavía no sé es si tu amor es como las plantas o sigue siendo como el vino, dulce, amargo, maduro, embriagador.
Pienso en ir a verte, ir a catar como andará aquel vino, aún cuando el riesgo grande y el beneficio aún desconocido.
La última vez que lo intenté, me olió a muerte, me dejaste en claro que no quedaba vino para mí, que no estaba invitado al festín más. Alguien convirtió mi vino en agua. Mejor ni pensar en quien.
Sin embargo otra vez quiero arriesgarme, otra vez quiero ir a probar, poner la nariz fina para llevarme un izquierdaso de putrefacción. O tal vez no.
Ese "o tal vez no" que no se va nunca, por más que ya haya quemado mi último cartucho, por más que haya tocado hasta que se apague la última vela, hasta que la última cuerda del violín se rompa.
Es ese total sinsentido que me lleva a caminar como ciego por la cuerda floja que me hace dudar.
Si realmente lo mereces, si realmente lo merezco.
Esto es como un anexo de mi memoria, como el inodoro de cualquier ser humano. Acá dejo mis pensamientos para no perderlos.
viernes, 30 de noviembre de 2012
miércoles, 28 de noviembre de 2012
Dos ojos ciegos.
I
Cuando la pena barrunta las entrañas
es complicado.
Cuando tu imagen percuta mi mente,
cuando la silueta de tu cuerpo se me hace frecuente,
mis dedos recuerdan cada poro, cada vello
cada forma.
Cada movimiento de tu cuerpo.
Las palpitaciones de tu espalda,
los gritos mudos de tus ojos,
Tus labios, mi piel.
II
Recordar. Imaginar. Sentir.
Es como una pequeña droga
el camino, a veces largo, siempre distinto.
-sentirte, besarte-
Ella me lleva de la mano y pone las palabras correctas en mi oido.
A veces me las quita y no las oigo nunca más,
otras solo las esconde.
Siempre intento descifrar su gusto extraño,
la busco, la sigo, pero es imposible.
Pero siempre lo intento.
sábado, 24 de noviembre de 2012
Valle tibio
La ciudad tiene mucha bulla sin ti.
La ciudad no me gusta sin ti.
La ciudad es fría en verano sin ti.
La ciudad es un infierno en invierno
sin ti.
Cuanto daría por volver a
sanreip sut racot
Porque dejes mi mano subir
Sentir el calor del valle
y caminar por el lago
siempre de a dos
nunca uno solo.
Volver a verte sonreír
Sonreír al volver a verte
Verte volver a sonreír.
La ciudad tiene mucha bulla sin ti.
La ciudad no me gusta sin ti.
La ciudad es fría en verano sin ti.
La ciudad es un infierno en invierno
sin ti.
Prima
Me gustas tanto como caminar descalzo
en jean y con el piso tibio.
A veces caliente, a veces frío.
Pero contigo.
Ella sabía decir bien, lo que nadie quería.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Lo sé, tu me lo cuentas a veces.
Todas las noches no lucías igual. Sí, no he dejado de visitarte.
Sé que varias veces pensaste en mí, que varias veces no has podido dormir, sé que has llorado, has pensado en arrepentirte, te has arrepentido y no has tenido coraje.
Sé que todavía dudas, quizá es menos, de hecho estoy seguro, cada vez tienes más noches tranquilas y las intranquilas, cada vez son menos por mí.
Sé que pronto perderé este derecho, de viajar a través de tu pensamiento, de ver a través de tus ojos, de sentir tu piel con solo pensarla.
Sé que las cosas para tí son más simples de lo que parecen, se que tienes las cosas claras, pero a veces no logras convencer al corazón.
Sé que estoy perdiendo la batalla,
pero decidí no luchar.
Sé que ahora andas distinta, tienes otra mirada, ya no piensas en mí antes de decidir tu vida, lo sé porque te he visto llegar contenta y con una sonrisa distinta de la que yo te dejaba luego de besarte.
Sé que estoy desapareciendo de tus sueños de alcoba, pero tal vez algún día aparezca en tus sueños de alcohol.
Y entonces
Te volveré a tener, para mi mal.
Esperaré que no sea algo pasajero,
aunque sepa que si lo será.
Mataré, quizá a mi, quizá a mi deseo.
O si no, no.
Aún.
Sé que varias veces pensaste en mí, que varias veces no has podido dormir, sé que has llorado, has pensado en arrepentirte, te has arrepentido y no has tenido coraje.
Sé que todavía dudas, quizá es menos, de hecho estoy seguro, cada vez tienes más noches tranquilas y las intranquilas, cada vez son menos por mí.
Sé que pronto perderé este derecho, de viajar a través de tu pensamiento, de ver a través de tus ojos, de sentir tu piel con solo pensarla.
Sé que las cosas para tí son más simples de lo que parecen, se que tienes las cosas claras, pero a veces no logras convencer al corazón.
Sé que estoy perdiendo la batalla,
pero decidí no luchar.
Sé que ahora andas distinta, tienes otra mirada, ya no piensas en mí antes de decidir tu vida, lo sé porque te he visto llegar contenta y con una sonrisa distinta de la que yo te dejaba luego de besarte.
Sé que estoy desapareciendo de tus sueños de alcoba, pero tal vez algún día aparezca en tus sueños de alcohol.
Y entonces
Te volveré a tener, para mi mal.
Esperaré que no sea algo pasajero,
aunque sepa que si lo será.
Mataré, quizá a mi, quizá a mi deseo.
O si no, no.
Aún.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
La caja del olvido.
Escuchando Sabina, leyendo mi veneno, para escribir algo que me sirva de pepeo.
Te leo, te leo todos los días, aunque no escribas nada nuevo, lo vuelvo a hacer, sigo viendo tus fotos, recorro desde tu pelo y me caigo en tu sonrisa. Veo tus fotos, intento buscar alguna seña, intento que me veas, intento sujetar el momento, intento adivinar donde estaban esos lunares que yo conocí. Imaginar como estarán, que será de ellos, si alguien más que yo los ha conocido.
Te veo ahí dentro y con esa sonrisa profunda y esos ojos grandes pareces no entender lo que sucede. Sí, es una foto vieja y si tiene memoria no está actualizada. Esa foto todavía espera que la vea y le escriba, que le vuelva a mandar besos como antes, que le diga que en 20 minutos, si mi bici se porta bien, la veré, y le daré un beso a su dueña, un beso de esos, ahora aquellos. Ahora tan lejanos pero no extraños. Por momentos te extraño, porque por momentos te olvido. Hasta ahora siempre te tuve, por más que tu no me tenías a mí. Por más que renunciaste a mí, por más que me regalé a tí con una clausula de no devolución. Fuiste astuta y no me devolviste, solo me dejaste en el cajón de los recuerdos o en la caja del olvido.
martes, 20 de noviembre de 2012
Gusanos espacio temporales
Tengo ganas de abrir una conversación y decirte "mi amor" de nuevo, charlar como si nada nunca hubiera pasado, olvidar el pasado, el presente, el futuro. Volver a hablar de gusanos espacio temporales y reírnos juntos, en esa banca o en tu sofá. Reírnos, sobre todo eso. Hablar de sueños, burlarnos de todo, pero nunca de nosotros o mejor siempre de nosotros, de tus caras cuando te besaba, de mi cara cuando no me dejabas hacerlo, burlarnos, de como otros eran unos incompetentes en el amor. Mientras nosotros creíamos ser los creadores, los que llevaban la "linea correcta".
La verdad es que te extraño, ahora más que nunca y más que siempre. Ahora que no estás conmigo y lo sé. Ahora que sé que has dado un paso adelante luego de dar uno al costado.
Aunque en teoría eso solo te acerque a mí, la verdad es que no le creo al destino.
La firmeza con la que decides me sigue seduciendo, por más que cuando estábamos juntos no querías decidir nada, lo sigue haciendo.
La verdad es que te extraño, ahora más que nunca y más que siempre. Ahora que no estás conmigo y lo sé. Ahora que sé que has dado un paso adelante luego de dar uno al costado.
Aunque en teoría eso solo te acerque a mí, la verdad es que no le creo al destino.
La firmeza con la que decides me sigue seduciendo, por más que cuando estábamos juntos no querías decidir nada, lo sigue haciendo.
Tengo que aceptar que no he dejado de leerte, a veces más que otras, a veces más que nunca. Nunca más que veces pero siempre más que nunca.
lunes, 12 de noviembre de 2012
Ok, lo sé, no es invierno.
Supongo que te extraño, hablar contigo, estar contigo. Ayer hablamos. No sé si te diste cuenta, pero al comienzo la conversación iba un poco oxidada, y luego, poco a poco se fue soltando y volvimos a ser los mismos de hace 6 meses, de hace un año, de hace un año y medio, de hace 2 años y medio. De hace como 6 años que nos conocimos. Hace varios meses que no hablábamos, no estamos peleados, pero igual,no nos hablábamos, no tienes idea las ganas que tengo de volver a llamarte, de conversar contigo, como me cuentas tus cosas alegre, como antes. Las ganas de hacerte reír, a carcajadas casi arcadas, y que luego aspires y suspires como agradeciéndome por haberte hecho reír.
El sábado estuve en la playa, pensé que la casualidad te traería por ahí, aunque estaba seguro que no aparecerías, no dejé de mirar la vereda, la pista, buscando aquel carrito rojo. Ese día conocí a Benedetti, nunca lo había leído y nunca nada me había caído tan acertadamente letal. Claro, además de la insolación del mal que también me cayó letal.