domingo, 16 de diciembre de 2012

Dije: Tú en mi pecho.

Llevo el dije que me regalaste sobre el pecho y tu recuerdo lo llevo dentro de él. Para acordarme que soy tuyo, para recordar lo que fue nuestro. Nuestra historia está escrita en venas secas con tinta líquida, nuestro futuro es solo incierto. El mar nos llevó al camino árido del amar. El sol nos quiso quemar de amor.
Leo y releo tus escasos mensajes, tus textos, a diario. Buscando un mensaje entre líneas que no existe. Buscando una razón para buscarte. Una razón para seguir extrañándote, para pensar que sientes lo mismo, para pensar que vendrás a buscarme en la noche. Como antes.

Aunque sé que nada todo no será como antes.
Sé que contigo soy feliz.
Sé que hemos cambiado, sé que hemos cometido errores.

Todavía sueño con el día en que me recibas con los brazos abiertos, los ojos cerrados y me des uno de esos abrazos que te hacen viajar hasta la gran nube de Magallanes. Ida y vuelta, leyendo un libro y comiendo Pringles en primera clase.

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