Para que vean que yo no solo escribo cosas bonitas, esta entrada va dedicada a tí, cabrón.
Hoy yo no soy bueno, decidiste tratar de engañar a la persona incorrecta, tratar mal a una chica te hace culpable y cuando me cruce contigo te haré la vida miserable.
Alto, yo no quiero que me malpiense, yo no digo que esa chica me pertence, solo digo, que usted no la trata como ella merece.
Nene, esto es para tí, ya que te diste por aludido, mi querido hipster malnacido, termina de leer, porque en este texto con olor a mierda vas a aprenderte de memoria que no me debes joder.
Dime tú, que se siente cuando engañas a la gente. Dime que haces con ese peso de saber que deberían romperte algún hueso, por ser deshonesto. Tranquilo, yo no estoy molesto. Cuando me engañan, yo sonrio, me río, pero ve avisando que tus restos los recuperen del río. Porque si quieres jugar sucio conmigo, sacate el piercing del ombligo hipster malnacido. Hoy mi sangre es parte de la Arequipa por correr pensando en si sacarte alguna tripa, o desmollejarte el cerebro con palabras y así quitarte todas las ganas de volver a meterte conmigo, claro que yo no te obligo, hipster malnacido.
Yo me pregunto como te sientes cuando mientes, y haces pasar por santos a delincuentes. No me importa si tu eres del 94, 93, 92 o del 70 quedemos una fecha y este pecho se presenta. Esto no es una amenaza indirecta, es una amenaza directa, pero yo entiendo que el cerebro no te alcanza para comprender que no es una alabanza. Te escribo una sencilla rima, porque si no te bajo mucho la autoestima, nomás para la paliza vas a tener que comprar morfina, préparate, vas a sufrir más que diabético sin insulina.
Quiero que te quede claro que por esta vez te la paso, pero a la siguiente, te va a quedar la cara conforma de aplauso. Querido pseudo amigo, como te digo, yo entiendo que el cerebro no te alcanza para entender lo que significa la confianza, pero has el intento, porque si pasa conmigo de nuevo, te reviento. Metiste tu coche cuando estaba en rojo, me serruchaste el piso, no me enojo, pero a la siguiente te escupiré directo al ojo; me voy a prender de ti como un piojo y te destruiré la mente con mi personalidad indecente.
Espero que para la siguiente tengas el coraje de dar la cara, porque aunque de mi boca una amenaza suene rara, te prometo que te hago conocido, mi querido hipster malnacido.
Quiero que quede claro, sin lugar a duda, yo no creo que en esta vida solo sobrevive el que tiene la mano dura. Pero sin embargo, no te tengo miedo, por mis ideales que te dejo sin ningún recuerdo a puño limpio y con dulzura.
Quiero dejar claro que yo no soy un matón de barrio, pero no tengo miedo de llenarme las manos de barro. Cuando se trata de algo serio, hasta los monjes se escapan del monasterio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario